Come como los lugareños.

Una de las mayores atracciones españolas es su cultura gastronómica. Cada región tiene sus propios platos característicos, destacando la comida andaluza y del norte peninsular. Entre los platos más famosos destacan la paella, el jamón, el gazpacho o la tortilla. El vino es otro de los orgullos españoles, así que no te cortes en pedir otra copa.

Visitar España también es una oportunidad perfecta para probar las tapas, platos pequeños que se sirven acompañando una bebida y que suelen encantar a los turistas.

La dieta española es algo distinta a lo normal, con desayunos suaves y almuerzos pesados, que serán tu principal ingesta de alimento durante el día. Es por ello que la cena es también más tardía que en el resto de países, siendo también más ligera.